4 de julio de 2013

Perder con clase y vencer con osadía...

Hoy en el recuento de los daños, me doy cuenta que…ya perdoné todos los errores casi imperdonables, ya intenté sustituir a todas las personas insustituibles y olvidar a personas inolvidables… ya hice las cosas por impulso y también con la cabeza… ya me decepcioné de aquellas personas que pensé que no me iban a decepcionar nunca… y también acepto que he decepcionado a más de uno.

Ya abracé con todas mis fuerzas para proteger, ya regale mi risa, aún cuando no podía contener el llanto. Hice amigos eternos… que resultaron efímeros...

Estoy segura que ame y fui amada… pero también que fui rechazada y rechacé… He gritado y llorado de felicidad, ya viví de amor e hice juramentos eternos, “me rompí la cara”, no una, ni dos, sino muchas veces…

Ya lloré oyendo música y viendo fotos, ya llamé sólo para escuchar su voz, ya me apasioné por una sonrisa, ya tuve miedo de perder a alguien especial (que acabé perdiendo)… y con todo eso me doy cuenta de todas las cosas que me faltan por vivir.


No voy vagando por la vida… vivo con pasión y me encanta descubrir que es lo que viene enfrente, adoro levantarme después de una buena caída… trato de no olvidar que el mundo pertenece a quien se atreve y que la vida vale mucho como para desperdiciarla en rencores…


He triunfado y también he pasado como fantasma sin dejar huella... he comido lo que nunca imaginé...  he trabajado sin fin, para después recordar que era domingo... he olvidado lo imperdonable y le volví a hablar a quien juré borrar de mi memoria... he viajado, pero amo saber que sólo hay un lugar al que puedo llamar "Hogar"... he cantado con cincuenta mil personas al lado, pero el silencio ha sido la canción que más disfruto... he peleado y me he aferrado a mis errores, pero...

Hoy en el recuento de los daños, trato de no olvidar que siempre, no importa cómo, pero hay que perder con clase y vencer con osadía… justo como decía Chaplin.